lunes, 29 de julio de 2013

LECTURA DEL VERANO




Jonas Jonasson (Salamandra Editorial)
Título original: Hundraåringen som klev ut genom fönstret och försvann
Traducción del sueco por Sofía Pascual Sape
414 Páginas – 19 €



Hay títulos que nos deciden a interesarnos por ciertas obras. Y este es uno de ellos. El acierto en elegir una buena frase o dos palabras que seduzcan a un posible comprador es un asunto bastante serio que las editoriales tendrían que estudiar a fondo. No sé si el título de la obra fue impuesto por la editorial sueca que tuvo la suerte de publicarlo -ya ha vendido un millón de copias de esta novela-, aunque me inclino a pensar que fue el propio autor el que lo puso. Lo cierto es que “El abuelo que saltó por la ventana y se largó” es quizás la novela más divertida que he leído en años. Y su estructura no es nada fácil, cosa que suele ocurrir con las obras que navegan en clave de humor.
Allan Karlsson es un viejo con muchas ganas de vivir que, el día en el que cumple cien años, y poco antes de una fiesta que le van a preparar en el asilo en el que vive, se fuga dando un salto por la ventana. Después de muchos esfuerzos llega a una estación de autobuses en donde compra un billete para un pueblo cualquiera, da lo mismo el que sea, lo importante es huir. Pero el azar hace que un chiquito bastante maleducado le pida vigilar una maleta mientras va a los aseos. De repente aparece el autobúa que ha de coger. Y Allan, ni corto, ni perezoso, se monta en él llevándose esa gran maleta. Poco sospecha que ese acto le va a cambiar la vida ya que dentro de ella hay 50 millones de coronas obtenidas de manera no muy legal.
“El abuelo que saltó por la ventana y se largó” es una comedia al estilo inglés, con multitud de gags, y que se devora desde la primera hasta la última página. Y es que, si el público en general, ese que se deja aconsejar por las revistas “literarias”, se cree que en los países nórdicos sólo se escribe novela negra he de decirles que están muy equivocados. A la continua repetición de clichés sobre temas negros de autores acabados en larssen, lerssen o lirssen, o de cualquier otro sufijo, y que usan sus editoriales como símbolo de calidad de sus obras les queda poca vida. El tema NNN (novela negra nórdica) está ya tan explotado que los lectores buscan algo totalmente diferente. No es de extrañar que esta divertida novela se haya alzado, además de con premios tales como el del gremio de los libreros o mejor novela del año, con el favor del público lector, lo que la ha hecho llegar a tener unas ventas millonarias como nunca se recuerdan. Pero es que esta novela es muy, pero que muy buena. Incluso me atrevería a decir que mejor que cualquiera de las de su vecino de península Arto Paasilinna. O que todas ellas juntas.
Y es que es verdaderamente difícil hacer una comedia que no decaiga y que tenga claros valores de estilo. Y los tiene en gran medida. Frente a las dos líneas narrativas, la huida hacia adelante del viejecito, al que cada vez le acompaña más gente implicada en el robo, se le une otro hilo argumental increíblemente endiablado que parte de la vida del padre de Allan y continúa con su periplo vital a través de países y mandatarios de todo el siglo XX.   Y es que en este relato el protagonista recorre la historia del mundo pasando desde la revolución bolchevique hasta a llegar a salvar al general Franco en un atentado, codearse con Harry Truman, poner de los nervios a Stalin, idear la bomba atómica, ser atrapado por los fundamentalistas iraníes al huir de las tropas de Mao o compartir con Glenn Miller el secreto de ser este músico un nazi convencido. En fin, una locura tras otra pero, con una maestría a la hora de hilar las historias, como pocos escritores de hoy en día. El autor confiesa su admiración por Márquez y sus “Cien años de soledad” (su novela le debe bastante, incluso estilísticamente hablando) y por España, ya sea por su historia, reflejada en varios capítulos de la trama, o por la devoción que siente por Lorca o Cela, al que nombra con su “Familia de Pascual Duarte”. En fin una obra que rezuma inteligencia, buen hacer y diversión a raudales.
Jonas Jonasson nació en 1962 en Växjö, una pequeña ciudad del sur de Suecia. Tras una larga carrera como periodista, consultor de medios y productor de televisión, Jonasson decidió empezar una nueva vida y redactar la novela que llevaba años queriendo escribir. Se instaló entonces en Ponte Tresa, una pequeña ciudad junto al lago de Lugano, en Suiza, donde escribió El abuelo que saltó por la ventana y se largó. En la actualidad, Jonasson vive en Suecia, en una pequeña isla en el mar Báltico.
Si hay un buen libro actual, bien escrito, original y que nos va a hacer pasar increíbles ratos de diversión y entretenimiento, ese es “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”. Sin lugar a dudas.

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